4. LA CLASE VIRTUAL DEL FUTURO
La educación y las nuevas
tecnologías están condenadas a entenderse. Los nuevos soportes ofrecen
infinitas posibilidades para conseguir acercar los contenidos de las materias a
unos alumnos a los que el concepto de nativo digital ya le suena a antiguo. La
mayoría de países europeos ya han movido ficha y se han invertido millones de
euros en dotar de nuevas tecnologías los centros de enseñanza. Aun así, muchos
expertos tienen la sensación de que no se les saca todo el rendimiento posible.
La pizarra es una gran tableta digital,
que navega por internet y que permite, con un simple movimiento de las manos,
ampliar contenidos, fotografías, textos, simulaciones etc. Cada pupitre tiene
también su propio monitor es otra tableta, pero más sencilla y está equipado
con unos auriculares, que estimulan el aprendizaje de idiomas y que los alumnos
usan puntualmente, solo cuando la actividad de la clase lo requiere. Hay
taquillas dotadas de cargadores eléctricos para baterías de teléfono móvil y
ordenador portátil y, a la entrada, un pequeño dispositivo toma la huella dactilar
de cada estudiante, de manera que no hay que pasar lista. Es el aula del
futuro, un espacio donde «la tecnología será en efecto un elemento
omnipresente».
No hay comentarios:
Publicar un comentario